Con el franco-marroquí Walid Regragui, Marruecos se alista para brillar en Qatar 2022

Llevaba muchos meses en el tintero, la sentencia finalmente cayó en pleno verano. Por tercera vez en su carrera, Vahid Halilhodzic ha sido despedido después de clasificar a un equipo para la Copa del Mundo. Como cuando dirigió a Costa de Marfil, luego a Japón, el técnico bosnio seguirá así el Mundial desde su casa.

Abran paso a Walid Regragui, el nuevo estratega. Considerado el mejor entrenador del continente africano en 2021 tendrá mucho que aportar. Sin embargo, es en un clima de extrema urgencia que el franco-marroquí tendrá que trabajar.

El pasado mes de enero, pese a ser favoritos, los Atlas Lions abandonaron apurados la Copa Africana de Naciones tras una trágica tanda de penaltis frente a Egipto en cuartos de final.

Entre otras críticas dirigidas al ‘Entrenador Vahid’ en su momento, están las ausencias de Hakim Ziyech (Chelsea) y Noussair Mazraoui (Bayern Múnich) por incompatibilidad de estados de ánimo, fue una de las causas. Una gestión ruda que ha sido criticada en muchas ocasiones y que, por tanto, acabó costándole el puesto.

Para dirigir al «Al Mountakhab» en Qatar y soñar con una campaña similar a la de 1986 (octavos), la FRMF apostó por tanto por Regragui. El nativo de Corbeil-Essonnes tiene uno de las plantillas más prometedoras y grandes de África. En los últimos años, el país futbolísticamente ha crecido ofreciendo garantías a todos los puestos.

En defensa, Hakimi, Mazraoui, Aguerd o incluso Saïss tomaron el relevo de la generación Benatia, para equilibrar al equipo desde su base. En medio, los obreros (Amrabat, Amallah, Fajr, Ounahi) se tragan los kilómetros para los artistas de delante: En-Nesyri, Ziyech, Harit, Boufal…

Regragui tendrá muchas opciones para componer su once. Pero cuidado con no tropezar con la alfombra como en 2018 cuando desde el primer encuentro los marroquíes perdieron ante Irán y luego casi se despiden de una posible clasificación.

Achraf Hakimi es el jugador más rentable de la plantilla, el que brilla, ya sea en un club con el Paris Saint-Germain o bajo la túnica de los Atlas Lions. A sus 23 años ya suma 51 selecciones, suficientes para imaginarlo como futuro plusmarquista. Lateral ultraofensivo, capaz de ayudar un escalón más arriba, el crack formado en el Real Madrid ha sabido perfeccionar su juego progresando defensivamente.

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