Largo, difícil y amargo para los bretones. El Rennes perdió ante el Shakhtar (2-1) este jueves durante el partido de ida de los 16vos de final de la Europa League. Un resultado decepcionante pero nada agobiante antes del compromiso de vuelta programado dentro de una semana en Roazhon Park.
Con una gran revisión de la plantilla, el Rennais se perdió su comienzo de partido. Por un error de apreciación de Spence, Kryskiv buscaba una atajada de Mandanda para abrir el marcador con un disparo desde corta distancia (1-0, 11º). Sorprendido, el club bretón intentó reaccionar pero le faltaron ideas. Los ataques, poco coherentes, quedaron en nada, mientras que L. Traoré pasó cerca del gol antes del descanso con un potente disparo en el eje.
A pesar de la falta de ocasiones claras más allá de una acción de Bourigeaud, los visitantes tenían el control del balón y podían confiar en Doku y Truffert, que se agitaban en los pasillos. El empate pudo venir de Toko Ekambi pero el camerunés perdió su cara a cara con Trubin. Un auténtico punto de inflexión ya que Bondarenko dobló la ventaja antes del descanso con un penalti encajado por Ugochukwu (2-0, 45º).
Al regresar del vestuario, el Rennes se puso manos a la obra. Tras repeler dos disparos de Bourigeaud y Kalimuendo, nada se pudo hacer para igualar frente a Trubin. En una jugada cercana al segundo palo de Toko Ekambi, perfectamente servida por el imprescindible Doku (2-1, 59º), los bretones empataron. Una merecida reducción de la brecha para los rojinegros finalmente nítida y empujada por los muy ruidosos seguidores en Varsovia.
Salvo que estos ánimos y los esfuerzos realizados durante más de un cuarto de hora no asustaron al Shakhtar, que dio un empujón para bloquear las ofensivas bretonas. En un final de partido tenso, los locales lograron mostrarse sólidos para conseguir una importante victoria para el partido de vuelta. Rennes tendrá que hacerlo mucho mejor en una semana para clasificarse.
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