EUROPA LEAGUE: El Atlético de Madrid gana la Europa League con un doblete de Griezmann

Después de dos finales de Champions League perdidas ante su eterno rival, el Atlético de Madrid se reencontró con la gloria en Lyon, abrazando el título que abrió el periodo más triunfal de su historia reciente, la Europa League. Los rojiblancos, gobernados por un jugador genuino, Griezmann, golearon al Olympique de Marsella (0-3) y sumaron su tercera Liga Europa tras las conquistadas en 2010 y 2012, la última ya bajo la batuta de Diego Pablo Simeone, esta vez obligado espectador desde la grada al estar sancionado.

Su sitio como director de orquesta lo ocupó Germán el ‘Mono’ Burgos. Pero el que dirigió todo no fue él, sino Griezmann. Un error garrafal de Anguissa en la salida de balón terminó con el delantero realizando la danza habitual del Fortnite, su última celebración. El balón le cayó a los pies, encaró a Mandanda y no falló. El gol no tornó un partido del que se despidió entre lágrimas el lesionado Payet.

¿Cuánto vale Griezmann? Desde luego mucho para el Atlético, con el que ya ha marcado 112 goles en cuatro temporadas y al que ha dirigido hasta un nuevo título, el primero europeo para el atacante francés, como el líder de un grupo que comenzó la Liga Europa como el indiscutible favorito y la concluye como un firme campeón.

Ni siquiera el ambiente del Parc OL de Lyon lo puso en duda. Él fue el visitante, con toda la expresión del término, porque casi tres cuartos de las 59.000 localidades eran del Marsella. Tenía el ambiente en contra, infernal por momentos, bengalas incluidas, pero su equipo, hoy por hoy, está por encima en todo de su adversario.

Porque el conjunto rojiblanco es un bloque de ‘Champions’, por mucho que hubiera quedado eliminado allá por diciembre en la fase de grupos, compitiendo en la Liga Europa con todo lo que eso conlleva, aunque toda dependa de un simple partido, su rival tenga el ímpetu que tuvo el Marsella y el fútbol sea un juego en ocasiones incierto.

El Atlético aceptó la invitación del Marsella, que dejó clara su propuesta desde el primer instante, desde el saque de centro, cuando Payet emuló a un jugador de rugby y pateó directo el balón a fuera de banda para avanzar, darle la pelota y presionarle. Lo sufrió el equipo rojiblanco un rato, atenazado, exigido y hasta desajustado.

Un cuarto de hora nada más, cuando el fútbol directo y trepidante de su oponente se transformó en la ocasión que malgastó nada más empezar el duelo Valere Germain, habilitado frente a Oblak por un fenomenal pase de Payet, o en la volea que conectó Adil Rami, pero hasta ahí duró la agitación que pretendía el conjunto francés.

Quizá porque se serenó y se acomodó el Atlético, pero sobre todo porque la diferencia de calidad quedó demostrada en una simple acción: un pase por el medio del portero Steve Mandanda que no controló Anguissa y que lo presionó y recogió Gabi con la perspectiva libre hacia Griezmann, infalible para marcar el 0-1.

Era el minuto 22, la primera oportunidad del equipo rojiblanco y hasta el primer lapsus del Marsella, pero tal concesión es tan imperdonable como definitiva en una final, más aún contra un conjunto que aprovecha los fallos ajenos como lo hace el Atlético y con un goleador que define como Griezmann, con tanta autoridad.

Porque el fútbol también es un juego de errores. Y ahí Diego Simeone, alejado este miércoles del banquillo y de sus futbolistas por la sanción de la UEFA, es meticuloso, experto y audaz para detectar cuándo y cómo pueden producirse, pero también cuándo y cómo deben aprovecharse, como lo hizo este miércoles frente al Marsella.

Un momento clave, un giro fulminante al partido y un golpe rotundo para el conjunto francés, que encajó el siguiente en forma de lesión, con las lágrimas de Payet cuando pidió el cambio a la media hora, entre el silencio de su propia afición, consciente de que la gesta era aún más complicada sin su capitán sobre el terreno.

La final era del Atlético. No hubo debate en el segundo tiempo con la puesta en escena, pero sobre todo con el 0-2 de Griezmann, tan sutil en la resolución como rápido en la conducción, cuando recogió la perfecta asistencia de Koke, para sentenciar el título en sólo 48 minutos y agrandar la historia europea del club rojiblanco, culminada con el 0-3 de Gabi Fernández en los instantes finales.
Así alinearon:

Marsella: S. Mandanda, A. Rami, J. Amavi, D. Payet, Luiz Gustavo, B. Sarr, L. Ocampos, M. Sanson, A. Zambo Anguissa, V. Germain, F. Thauvin.

Atlético de Madrid: J. Oblak, D. Godín, Š. Vrsaljko, J. Giménez, L. Hernández, Gabi, Saúl, Koke, Diego Costa, A. Griezmann, Á. Correa.