Este Betis no tiene defensa y su fragilidad atrás le condena a la mediocridad. Este viernes no fue capaz de imponerse en el Benito Villamarín al Mallorca, que se adelantó dos veces y al que los locales lograron voltear el marcador para ponerlo 3-2, por medio de Joaquín, al inicio de la segunda parte, aunque luego fueron incapaces de aumentar su ventaja -fallaron claras ocasiones para el 4-2 Canales y Fekir- y concedieron el empate definitivo tras una concatenación de errores defensivos que culminó Joel Robles, al comerse un remate raso de Kubo que puso el 3-3 en el marcador y permite a los bermellones dormir fuera del descenso.
Tanto Rubi como Vicente Moreno plantearon el partido abiertamente al ataque, pues el empate les servía de poco, con dos formaciones iniciales superofensivas, por lo que el partido fue un correcalles desde el pitido inicial, con el Betis atacando de manera atosigante y los baleares saliendo a la contra con sumo peligro por la nula capacidad defensiva del medio campo local, y de toda su retaguardia, incluido el portero.
El Cucho Hernández (16’) puso por delante al Mallorca en una rápida contra conducida por Kubo tras una pérdida en ataque e Joaquín, pero la ventaja les duró a los baleares muy poco, lo que tardó Fekir en hacer de las suyas en el área rival y forzar un claro penalti del griego-brasileño Leonardo Koutris (17’) que transformó casi dos minutos después Canales.
Pasado el susto, el Betis siguió volcado en ataque, una jugada de filigrana entre Canales y Emerson (24’) no encontró rematador y al poco Loren (26’) pudo hacer el 2-1 con un buen remate desde fuera del área que pegó en la cepa del poste de la meta defendida por Reina. Sin embargo, lo que llegó fue el 1-2, obra de Bunimir (27’) en otra rápida contra fabricada por el Cucho Hernández y Kubo que sorprendió de nuevo al endeble sistema defensivo local.
Rubi se tiraba de los pelos en el banquillo y tuvo que llegar de nuevo Fekir al rescate. Cada vez que el franco-argelino, con una tremenda calidad -pero escasas fuerzas-, pisaba el área, temblaba la zaga bermellona. Lo hizo de nuevo para soltar un centro que pegó en el brazo despegado de Fran Gámez, que poco antes había entrado por Koutris, lesionado. Esta vez el propio Fekir transformó la pena máxima: siete goles marcados y seis penaltis recibidos lleva el francés, que sin embargo bajó mucho su nivel en la segunda mitad, como todos sus compañeros, incapaces de mantener el 3-2 que logró Joaquín, lo que provocó que fueran despedidos con una fuerte bronca por parte del respetable.
El punto le vale al Mallorca para salir provisionalmente del descenso. A los béticos, para nada. Han ganado un partido de los últimos nueve y la afición ya está harta y lo expuso despidiendo al equipo con una fuerte bronca.
Fuente: mundodeportivo.com
