El paso de Samir Nasri por el Sevilla Fútbol Club fue un trayecto lleno de luces, pero sobre todo de muchas sombras. El cuadro que por aquel entonces entrenaba Jorge Sampaoli consiguió una meritoria cuarta plaza en LaLiga, aunque fue eliminado de manera muy dolorosa en la Champions League a manos del Leicester post-campeón de la Premier (partido en el que el propio Samir Nasri fue expulsado).
Y claro, la llegada de Nasri a la capital de Andalucía pintaba más que bien en su momento. Un jugón de dimensiones estratosféricas, capaz de lo mejor cuando quiere, de colocarse en el top mundial de futbolistas (como en el Arsenal) o de lo peor si no está centrado ni motivado.
Al final, en el Sevilla dejó muestras de su calidad, pero también de su inconsistencia, a partes casi iguales, por lo que su paso acabó siendo un sinsabor difícilmente descriptible. Sus últimas declaraciones así lo confirman, y van en consonancia con lo que un futbolista de élite nunca debería hacer, aún menos si cabe con el visto bueno de su jefe, el entrenador, Jorge Sampaoli en este caso:
«Tuve una relación de amistad con Sampaoli. Era un amigo, no un entrenador. Estaba loco. Me quería tanto que me dijo que fuera a su casa, que podía beber, salir, hacer lo que quisiera que él me cubriría frente al club. Sólo te pido que rindas cada fin de semana en el campo», agregó el jugador en declaraciones recogidas por Estadio Deportivo. Desde luego, a la afición sevillista no le hará ninguna gracia este tipo de permisos que, para nada, van a favor de los intereses deportivos del club.
Fuente: fichajes.net
