Zinedine Zidane tiene siete vidas en el banquillo del Real Madrid. Esta temporada, cada vez que se ha cuestionado su trabajo, sus decisiones, no sólo ha seguido en el cargo, si no que ha salido reforzado.
El pasado mes de octubre, Zidane estaba más fuera que dentro o eso parecía. La derrota ante el Real Mallorca puso al francés en la cuerda floja y se la jugaba en Estambul ante el Galatasaray en Champions. Una derrota hubiese supuesto que peligrara el futuro europeo del Real Madrid y con él, el de Zidane en el banquillo blanco.
El Real Madrid salió de esa crisis encadenando partidos sin perder para ser líder de la Liga y estar en los octavos de la Champions. Una racha de encuentros que reforzaron la imagen de Zidane que tuvo que luchar con el fantasma del regreso de Mourinho.
La situación se repitió antes del Clásico de este domingo. El Real Madrid había quedado eliminado en Copa ante la Real Sociedad, perdido el liderato de Liga cayendo ante el Levante en Valencia y la Champions se puso cuesta arriba tras el victoria por 1-2 del City de Guardiola en el Bernabéu.
Así, con este ambiente de crisis, llegaba el Madrid al Clásico. Zidane estaba en el centro de la diana de todas las críticas por el desplome del equipo y por sus decisiones en el duelo ante el City. Una derrota ante el Barça hubiese instalado la crisis en el Real Madrid y con eso, las dudas sobre la continuidad de Zidane.
Todo eso desapareció con el triunfo ante el Barcelona. Zidane ha vuelto a renacer, a gastar una de las siete vidas que parece que tiene y ha pasado de que se hable de su continuidad a que nadie dude sobre ese aspecto. Al menos, hasta que el Madrid vuelva a perder porque Zidane ya avisó que dos derrotas y volverían a dudar de él.
Fuente: mundodeportivo.com
