En el segundo período la sociedad James-Ribery, que había empezado a construirse desde el primer tiempo, se consolidó y dio sus frutos en generación de fútbol y opciones de gol. El francés siempre buscó al colombiano, y viceversa. El complemento perfecto. Como si hubieran jugado toda la vida.
La mayoría de opciones que James tuvo para anotar, se originaron en los pies de Ribery. Lo mejor del cucuteño se vio entre los minutos 56 y 68 con cinco posibilidades para marcar, incluido un remate de cabeza. Lo intento, lo buscó, pero no llegó su primer tanto con el campeón alemán. Ya llegarán los goles.
Por lo pronto, Ancelotti y los hinchas del Bayern celebran la aparición de una nueva sociedad y el buen juego que empieza a mostrar el principal fichaje del verano. El próximo partido es este jueves, también en Singapur (6:35 am), contra el Inter de Jeison Murillo.
James Rodríguez jugó este martes su mejor partido desde que llegó al Bayern Múnich. En plena pretemporada emergió una porción de su mejor versión. Activo en ataque, socio de todos, movilidad en el último cuarto de cancha, manejo de pelota, pases filtrados y remates al arco. En la victoria 3-2 sobre el Chelsea, por la International Champions Cup, solo le faltó el gol. Por los alemanes marcaron Müller (doblete) y Rafinha; por los ingleses lo hicieron Marcos Alonso y Michy Batshuayi.
En el Estadio Nacional de Singapur, Ancelotti dispuso de un 1-4-2-3-1 ubicando al colombiano como volante extremo por derecha. En el comienzo del juego, que tuvo la presencia de 50 mil aficionados, el número 11 no intervino. Pero con el paso de los minutos, y gracias a la confianza que originó el 3-0 en tan solo 27 minutos, se fue tomando confianza y comenzó a ser protagonista.
Sus jugadas más importantes en la etapa inicial fueron un remate por encima del arco (luego de bajar el balón con el pecho), en el minuto 18, y un pase entre líneas para Rafinha en tiempo de adición.
Fuente: as.com
