La situación de Luis Enrique en el PSG ha causado una sorprendente preocupación en las últimas horas

Desde su llegada en el verano de 2023, Luis Enrique ha transformado el PSG. El español no solo ha ganado trofeos —seis en un año histórico, incluyendo la Champions League—, sino que, sobre todo, ha redefinido la identidad del club. Atrás quedó el PSG que dependía exclusivamente de superestrellas mundiales: Luis Enrique se centra en una plantilla joven, disciplinada y ambiciosa, integrando a jugadores formados en el club como Warren Zaire-Emery, Ibrahim Mbaye y Senny Mayulu. Esta transformación ha convencido tanto a la afición como a la directiva, convirtiendo al español en un auténtico arquitecto de la nueva generación del PSG.

Sin embargo, tras esta aparente armonía, hay un punto que preocupa a la directiva: el contrato actual de Luis Enrique termina en junio de 2027, pero el técnico no parece tener prisa por renovarlo. A pesar de los rumores sobre un «contrato vitalicio» ofrecido por Nasser Al-Khelaifi, no ha surgido una respuesta concreta, lo que pone en duda la viabilidad a largo plazo de esta colaboración.

Laurent Perrin, periodista de Le Parisien, señala que el único riesgo real para el club proviene del propio entrenador. «El único peligro al que se enfrenta el club parisino vendrá de Luis Enrique», afirma el periodista. Acostumbrado a periodos relativamente cortos en sus experiencias previas (tres años en el Barça), Luis Enrique suele enfatizar la dificultad de comprometerse a largo plazo: el trabajo es agotador y exige una energía total en cada partido y competición.

El PSG, consciente de la suerte que ha tenido al encontrar al hombre ideal para liderar su proyecto deportivo, está intentando asegurar a sus jugadores clave y a su entrenador. Pero si Luis Enrique decide no renovar su contrato, el club tendrá que prepararse para una delicada reestructuración. Reemplazar a un entrenador capaz de transformar radicalmente un equipo y grabar su nombre en la historia del fútbol francés no será fácil.