LIGUE 2: Cheick Doucouré, el motor que impulsó al Lens en el regreso a la élite

Cuando el motor funciona a las mil maravillas, los engranajes de cualquier maquinaria acostumbran a rendir con gran eficiencia. Es lo que ha ocurrido esta temporada en el Racing Club de Lens con el emergente Cheick Doucouré como impulsor de un equipo que, en torno a él, ha logrado el regreso a la élite del fútbol francés. Con 20 años cumplidos al inicio de este 2020, este prometedor mediocentro ya es internacional absoluta con Malí, y basta con verle un rato sobre el verde para percibir no solo que se trata de un jugador a seguir en el futuro más inmediato sino que su mejor versión está todavía por llegar.

Doucouré es una auténtica bestia en lo táctico. A pesar de su corta edad y del hecho de no llegar a Europa hasta 2018, su asimilación y lectura del juego es excelente, convirtiéndose en una especie de prolongación de su técnico sobre el césped. Domina a las mil maravillas el posicionamiento en función de la velocidad de la jugada, acomete habitualmente con éxito la tarea de juntar las líneas de su equipo cuando resulta preciso, y a todo ello le suma una privilegiada condición física que le convierte en todo un baluarte para los suyos.

Dicho así, y especificadas estas virtudes, uno podría pensar que se trata de un jugador torpe con el balón en los pies, pero lejos de ello se trata de un futbolista que, con la serenidad por bandera, solventa con habilidad situaciones de riesgo de pérdida de balón cuando el rival intensifica la presión sobre su figura. Además de esto, su potencia le capacita para superar líneas con relativa facilidad con todo lo que ello supone en beneficio de su equipo.

Fuente: mundodeportivo.com