Un partido de alta tensión. El domingo, al final de la jornada, Chelsea y Manchester City nos dieron uno de los mejores espectáculos de la temporada (4-4). Un encuentro épico y tenso, marcado por algunas decisiones arbitrales cuestionables. Y no será Mauricio Pochettino quien dirá lo contrario, quien perdió los estribos en el pitido final al dirigirse hacia el árbitro Anthony Taylor. Este último sin duda olvidó un penalti a favor de los Blues por mano de Kyle Walker e interrumpió la última acción de los londinenses. Si el técnico argentino perdió los estribos al final, en retrospectiva lamenta su enfado.
“Tengo que disculparme con Anthony y los árbitros. En ese momento, sentí que Raheem (Sterling) podría ir allí y tal vez anotar el quinto. Pero merezco que me avisen porque he superado los límites. No es una buena imagen de mí y del fútbol”, dice Pochettino.
“También me gustaría pedirle disculpas a él (Guardiola, nota del editor) porque en ese momento no lo vi furioso». El argentino no tuvo tiempo de estrechar la mano del técnico del Cityzen, que no le reprocha nada: “no hay problema. No es grave. Son las emociones… me pasa a veces”.
Por lo tanto, no hay resentimientos y nada más que un encuentro excepcional entre dos líderes de la Premier League.
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