FRANCESES EN EL MUNDO: Zidane tiene diez días de crédito

El Real Madrid sigue en el bucle negativo desde la salida de Cristiano y a Zidane se le empieza a agotar su crédito, que ya no es ni mucho menos ilimitado. La goleada de ayer ante un PSG sin su tridente (Neymar, Mbpappé y Cavani) ha supuesto otro duro golpe a la credibilidad de Zidane, que no encuentra la manera de reflotar la nave. En la zona noble del club no se cuestiona, de momento, la continuidad del entrenador, pero sí se espera que el equipo reaccione ya en las dos próximas salidas, que no son nada fáciles: ante el Sevilla en el Pizjuán, el domingo día 22, y el próximo sábado, día 28, frente al Atlético. En medio, el miércoles día 25, recibe a Osasuna en el Bernabeu. De seguir en la línea de derrotas, no se descarta que se tome cualquier decisión drástica.

En cualquier club normal el desastre de París pondría en la picota, aparte de al entrenador, al secretario técnico que ha diseñado la plantilla. Pero el Madrid no funciona así. Florentino Pérez ejerce a la vez de presidente y de director de fútbol y ahora, además, presume de ello, como se vio en la asamblea de socios del domingo. “Yo, de lo que más sé, es de fútbol”, le espetó a un socio cuando éste se quejaba de la planificación deportiva.

El equipo se presentó a su debut en la Champions, entre lesionados (Asensio, Isco y Modric) y descartados (Brahim) con sólo tres centrocampistas en la convocatoria. Su portero de los últimos años (Keylor Navas) estaba en la portería rival y Courtois se comió el primer gol; dos de sus fichajes en defensa Éder Militão y Mendy fueron dos auténticos coladeros; el recién renovado Kroos jugó de pena y su fichaje estrella de la temporada Eden Hazard pareció muy fuera de forma tras salir de una lesión. El único jugador que mantuvo mínimamente su nivel fue Bale, al que Zidane no ha podido echar pese a pasarse todo el verano intentándolo.

Así las cosas, el Madrid no tiró ni una sola vez a puerta entre los tres palos y el PSG le machacó con un ex de la casa de figura: Di María, quien salió del Madrid de mala manera tras haber sido el MVP de la final de la Champions de Lisboa (2014). En eso, el Fideo seguía la tradición de otros ex, los más recientes en Champions Morientes y Morata.

A Zidane se le reprocha no sólo su incapacidad de sacar el máximo rendimiento a la plantilla sino su pobreza táctica y sus vaivenes. Acabó la pretemporada jugando con una defensa de cinco para evitar la sangría goleadora y empezó la liga con una de cuatro. Tan pronto pasa a jugar con un 4-4-2 como con un 4-3-3. Tiene a Vinicius semi marginado y Jovic no ha demostrado ser mejor que Mariano, al que no da carrete nunca. Rodrygo y Kubo fueron los únicos que ilusionaron en verano, pero Rodrygo está ahora más en el Castilla que en el primer equipo y el japonés ha ido a hacer un Master a Mallorca.

Las críticas contra Zidane ya han aparecido en sectores afines al madridismo, aunque ahora mismo alejados de la directiva. En las últimas horas se ha hecho oir el malestar de gente tan significativa como Jorge Valdano, Pedja Mijatovic e incluso Guti, vía redes sociales.

Zidane ha dado libre hoy a la plantilla. Es un día para la reflexión. No es ni un premio ni un castigo. Es su forma de trabajar. El francés siempre da un día de fiesta tras los partidos de Champions. A Zidane se le ve tranquilo, pero no está feliz. Desde su entorno no esconden que se le ve preocupado. Cogió el equipo en marzo en contra de su voluntad para hacerle un favor a Florentino Pérez pero no arregló nada. Al revés, emperoró los números de Solari, que ya había empeorado los de Lopetegui y el equipo acabó tercero en la liga, a 19 puntos del Barcelona.

A Zidane le prometieron que en verano tendría mano para confeccionar la plantilla a su gusto, pero no le han hecho caso salvo en cuestiones menores, como quitarse de enmedio a jugadores como Ceballos, Llorente o Reguilón, tres por cierto que el madridismo no entiende que no estén ahora en el equipo. En lo sustancial, el club le ninguneó. No trajo a Pogba, no se desprendió de Bale ni de James y vendió a Navas, por no hablar de pasarse todo el verano flirteando con Neymar.

La situación de Zidane ahora mismo empieza a ser delicada. El entrenador ha perdido ascendente en la plantilla, la afición ya no le idolatra como hasta hace poco y su flor no aparece por ningún lado. Por lo demás ya se sabe que a Zidane le cuesta poco coger el petate y largarse. Ya lo hizo como jugador (perdonando al club una millonada) y como entrenador. Ya se habla de sustitutos. Raúl está empezando a foguearse en el Castila, donde tampoco le va demasiado bien. La sombra de Mourinho siempre está ahí pese a que concita mucha controversia en el madridismo. La semana pasada el portugués estuvo en Madrid. Dejándose querer. A Zidane se le acaba el tiempo. En septiembre.

Fuente: lavanguardia.com