Un Mónaco sin Ben Yedder ni Slimani empató sin goles en el feudo del Reims y suma su tercer punto del campeonato. Sin claridad ni pólvora en los metros finales, ambos contendientes ofrecieron un partido con poco y muchos errores, tanto a nivel defensivo como ofensivo. Aún así, los porteros fueron clave para el reparto de puntos final en un duelo en el que Cesc Fábregas fue suplente y tan solo disputó los últimos cinco minutos del encuentro.
No comenzó mal el Mónaco, pisando incluso lameta rival, pero el Reims apretó el acelerador antes de la media hora. Los locales comenzaron a acechar la meta de los de Jardim, y Lecomte salvó el primero a los 22 minutos de juego tras un remate a bocajarro de Dia. Pero si hubo una acción clara fue la de Oudin.
El atacante del Reims recibió un balón completamente solo tras un error de la zaga monegasca a la hora de tirar el fuera de juego, se plantó solo ante Lecomte y, de manera incomprensible, mandó el balón fuera. El Mónaco se salvó.
Tras unos minutos de asedio local, bajaron las revoluciones y, a pesar de que el Reims seguía merodeando el área monegasca, lo hacía sin peligro. Los del Principado apenas se acercaban y cuando lograban superar la zona de medios locales lo hacían de manera errática.
Tuvo el gol en la ocasión más clara hasta el momento el Mónaco a los pocos minutos de la segunda parte, cuando una recuperación de Bakayoko acabó en las botas de Keita Baldé, que desde la frontal y con el portero descolocado, no acertó a superar a Rajkovic.
Sin dominador claro, el partido entró en un periodo anodino en el que no pasaba nada. Hasta que, en el 68′, Oudin probó a un Lecomte que despejó el tiro desde la frontal. Para más inri, el poco fútbol de ataque perdió con la lesión del canterano azulgrana Keita Baldé en el 73′.
Golovin estuvo cerca de romper la igualada en el 77′ con un disparo con rosca que se colaba en la escuadra, pero Rajkovic lo evitó con una gran parada a mano cambiada.Si no era la mala puntería, eran los porteros. En la siguiente jugada de peligro, fue Foket el que, con todo a favor, perdonó a los visitantes.
De ahí al final del duelo, la nada más absoluta. Ni Reims ni Mónaco inquietaron y se acabaron repartiendo los tres puntos en un partido poco visitoso para el espectador.
Fuente: sport.es